
Por Walter Martinez;
Senior Consultant del área de Financial Risk .
Management de KPMG en Perú.
Desde su aparición debido al movimiento de los precios por la siembra y cosecha de los productos agrícolas hasta negociarse en bolsa tal cual los conocemos hoy en día, los futuros dependen principalmente del precio del subyacente, ya sea físico, financiero e incluso índices. Estos instrumentos son usados para cubrir una posición, o especular sobre el movimiento del precio de un activo. Además, poseen contratos estandarizados y son negociados en mercados organizados, en donde destaca el Chicago Board Of Trade (CBOT), el cual es el mercado o bolsa de futuros más antiguo del mundo.
Como todo instrumento financiero, los futuros están expuestos a movimientos del mercado, por lo que la volatilidad producto de la pandemia ha impactado directamente en el precio de los subyacentes y, por consiguiente, en el valor de los derivados. En este sentido, uno de los precios que ha visto más impactado es el de las materias primas, por lo que tanto administradores del riesgo como especuladores se han enfrentado a mercados bearish y bullish muy cambiantes durante el presente año.
Si nos enfocamos en el mercado, se podría concluir que el comportamiento de las materias primas ha mostrado una misma dinámica, caída inicial y recuperación paulatina junto con la apertura de sectores productivos, movimientos que los recoge el Refinitiv/CoreCommodity CRB Index (TRCCRB) y el Bloomberg Commodity Index (BCOM). En el siguiente gráfico se puede apreciar el desempeño de ambos índices junto al Mini S&P (Esc1), evolutivos históricos que evidencian una alta correlación entre sí, al igual que altos niveles de volatilidad en marzo y abril de 2019, meses iniciales del aislamiento social obligatorio, para dar paso a una larga recuperación aun sin retornar a niveles logrados al cierre del ejercicio anterior y evidenciando cierta desaceleración en los últimos meses.

Fuente: Thomson Reuters.
No obstante, desagregando el análisis, la historia es muy distinta: la energía se contrajo, los metales respondieron positivamente y el agro no evidenció una tendencia definida, lo cual responde ,entre otros factores, a que en la agricultura los precios dependen de diversos factores como periodos de cosecha, calidad, subsidios y sequías. El siguiente gráfico resume algunos de los principales resultados del sector: el alza de la soya (Scl) y trigo (Wcl), una caída del maíz (Ccl) y, con pendientes más pronunciadas, un recupero en la palma (FCPOc3).

Fuente: Thomson Reuters.
Producto de la volatilidad evidenciada, podemos considerar necesaria una gestión activa frente a dichas fluctuaciones. En este sentido, tanto los compradores de materia prima, quienes buscan una caída en el precio con una posición corta, como los vendedores, quienes buscan un alza en el precio con una posición larga, deberán analizar todas las aristas que suponen entrar y permanecer en el mercado de futuros, que van desde el análisis de las bases y costes, hasta los impactos contables asociados.
A nivel local, y desde una perspectiva de gestión de riesgos, el uso de futuros como instrumento de cobertura en empresas expuestas a la volatilidad del precio de materias primas agrícolas no es el común denominador, aun cuando podría suponer una alternativa razonable de inversión en el corto plazo. Sin embargo, muchas de estas empresas aceptan el nivel de exposición al riesgo de precio en lugar de gestionarlo ya que, como toda decisión de inversión, entrar en un nuevo mercado debe ir acompañado de un análisis robusto que incluya no solo la evaluación de los riesgos asociados al mercado, sino también debe ser respaldada con una evaluación de posibles impactos tributarios, una dinámica contable definida en caso se trate como contabilidad de coberturas, y una estrategia que refleje el perfil de riesgo de la entidad.
Posiblemente, la población de empresas que aún se encuentra fuera de este mercado pueda seguir una estrategia escalonada como alternativa sin la necesidad de cubrir toda la posición, lo cual supone el uso de futuros de forma parcial para luego aumentar sucesivamente la exposición a estos derivados mientras los niveles de transacciones aumenten tanto en volumen como en frecuencia. Luego de elegida la estrategia, la entidad que ya ha optado por gestionar los riesgos, deberá seleccionar un bróker, determinar el tamaño de contrato, definir y monitorear márgenes, evaluar el desempeño de las coberturas, entre otras actividades.
En conclusión, la volatilidad en los precios de las materias primas, y la falta de una tendencia clara en el agro, podrían abrir las puertas para que las empresas gestionen su riesgo mediante el uso de futuros. No obstante, las entidades deberán tener presente que la cobertura no asegura que la empresa deje de estar expuesta a perdidas potenciales y más aún si nos encontramos en una etapa lo suficiente prematura como para no contar con una tendencia definida en el precio de los subyacentes. Asimismo, deberán tomar en cuenta que los futuros no son la única vía para gestionar el riesgo de materia prima, podrían existir otras alternativas costo eficientes que se encuentren en concordancia con la capacidad y perfil de riesgo de cada entidad.
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