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Blockchain: ¿La solución a (algunos de) nuestros problemas?

Por Luis Ernesto Marín;

Asociado Principal del Estudio Echecopar.

Miembro del equipo de Innovación Financiera.

1. ¿Qué es el Blockchain y por qué es importante?

Nadie sabe a ciencia cierta quién inventó el blockchain y probablemente nunca lo sepamos. Sus orígenes se remontan al año 2008, cuando apareció como parte de la tecnología que subyace a la hoy muy conocida criptomoneda Bitcoin. El blockchain fue postulado por una persona (o grupo de personas) utilizando el seudónimo de Satoshi Nakamoto, en un whitepaper denominado Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System. No obstante, se pueden rastrear predecesores del blockchain a varios años atrás, cuando un criptógrafo llamado David Chaum publicó un trabajo donde presentaba un protocolo similar a aquel que utiliza el blockchain.

 

En el trabajo publicado por Satoshi Nakamoto, éste (asumamos que se trata de una sola persona) postuló el blockchain como una red entre iguales (peer-to-peer) que permite realizar pagos electrónicos que pueden ser enviados directamente de una parte a la otra sin pasar por una institución financiera (es decir, sin un intermediario) y sin la necesidad de un gobierno de emitir la moneda a través de un banco central, proponiendo además una solución al denominado problema del doble gasto (efecto potencial del dinero digital por el que una misma moneda digital puede gastarse más de una vez) haciendo uso de sistema de sellado de tiempo y una función hash criptográfica.

 

Pero más allá de lo complejo o extraño que pueda parecer el postulado de Satoshi Nakamoto (y lo fascinante de las historias que se han construido alrededor de este – probablemente- inexistente personaje), lo cierto del caso es que el blockchain ha dejado de ser solo la tecnología sobre la cual opera el Bitcoin para ser considerada como una tecnología capaz de tener un impacto tan fuerte como lo tuvo el Internet en su momento e incluso se habla de «la revolución del blockchain».

 

¿Pero por qué es tan importante conocer qué es el blockchain? ¿Qué de especial puede tener una tecnología que en su momento fue concebida para facilitar pagos digitales en el «mundo real»? Pues la respuesta es que es sumamente importante conocer hoy la tecnología que – dejando de lado el tema de las criptomonedas – puede generar verdaderamente una revolución y, lo más importante, solucionar problemas que, de tan cotidianos que son, a veces ya ni identificamos como problemas.

 

Un tema adicional que no deja de causar curiosidad es que Satoshi Nakamoto publicó su trabajo el 31 de octubre de 2008. Haciendo memoria, en el 2008 tuvo lugar una de las peores crisis financieras de la historia y fue setiembre de ese año quizá el más «movido», con las caídas de gigantes como Lehman Brothers, la nacionalización de Fannie Mae y Freddie Mac y el rescate de AIG. ¿Por qué mencionar esto importante? Quizá no lo sea, pero recordemos que el 2008 fue un año donde se perdió mucha de la confianza en el sistema financiero global y resulta curioso que a las pocas semanas de quizá lo peor de esa crisis, se publicara un trabajo de lo que hoy se conoce también como el «protocolo de la confianza».

2. Definiendo el Blockchain

Hay múltiples definiciones de lo que es el blockchain, algunas más complejas que otras. En simple, el blockchain (o cadena de bloques) no es otra cosa que una base o registro de datos distribuido (distributed ledger), que funciona como un libro para el registro de cualquier tipo de transacción. Este registro es encuentra distribuido en diferentes espacios (computadoras de los miembros de la red, a las que se les llamada «nodos»), en los que se pueden anotar todo tipo de transacciones. A su vez, cada transacción que se anota en ese registro distribuido se encuentra vinculada a la transacción inmediata anterior, mediante el uso de técnicas criptográficas.

 

Al anotarse una transacción en un registro de datos distribuido, esta transacción (y la información asociada a la misma) se encontrará distribuida entre todos los miembros de la red, siendo que todas las transacciones se vuelven transparentes y verificables por cualquiera de los miembros de la red. Así, todos los miembros de la red pueden examinar cada una de las transacciones y acordar que la misma se llevó a cabo.

 

Esta base de datos distribuida llamada blockchain estará formada por cadenas de bloques diseñadas para evitar su modificación una vez que la transacción haya sido anotada en el registro utilizando un sellado de tiempo (timestamp) y enlazando a un bloque anterior (creando así la cadena de bloques).

 

Haciendo uso de técnicas criptográficas, la información contenida en un bloque solo puede ser editada modificando todos los bloques anteriores (para lo cual se requiere del consenso de toda la comunidad donde el registro se encuentra distribuido). De esta manera, la aplicación de la tecnología blockchain a la base de datos distribuida genera que la base de datos contenga un histórico irrefutable de información, permitiendo así el almacenamiento en forma creciente de datos ordenados en el tiempo, sin posibilidad de modificación o revisión.

 

Quizá la forma más fácil de imaginarse esto es pensar en una hoja de cálculo (como las de Excel) donde cada dato que se ingrese en una celda se guarda en simultáneo no solo en la computadora donde se está trabajando, sino en miles de computadoras en todo el mundo. Una vez ingresado un dato en una celda, éste no puede ser modificado salvo que toda la red (es decir, todas las personas frente a cada una de las computadoras que conforman esa red) presten su consentimiento. A su vez, la información ingresada en la celda está basada en aquella contenida en la celda inmediata anterior (como cuando usa la función de rastrear precedentes en Excel). Fuera de ello, toda esta información e información en las celdas puede ser vista por toda la red, de forma transparente y simultánea.

3. ¿Cómo funciona el Blockchain?

El en blockchain, los usuarios de la cadena de bloques realizan transacciones usando fichas (tokens) digitales (por ejemplo, Bitcoins o cualquier otra criptomoneda, pero lo interesante viene cuando pensamos en tokens que representen activos del «mundo real», como propiedad inmueble o derechos de propiedad intelectual, dinero fiat, entre otros) que se transfieren a otros usuarios a través de la red.

 

Las transacciones están marcadas en el tiempo y registradas en el registro por «participantes» de la red, cada uno de los cuales puede acceder y modificar el registro, sujeto a ciertas reglas clave. Una de esas reglas es que, efectivamente, ningún «participante» puede modificar el registro sin el consentimiento de un número prescrito de participantes en la red.

 

Los medios por los cuales usuarios y participantes interactúan entre sí a través de la red (y sus respectivas crediticias) están protegidos por criptografía. De este modo el sistema es seguro, generando así un registro de transacciones seguro, transparente y auditable.

 

El resultado final no es sino un registro de transacciones seguro, transparente y auditable en el que las partes y los reguladores pueden confiar.

4. El problema de la confianza

Habiendo explicado brevemente el origen del blockchain, qué es y cómo funciona, toca hablar del problema de la confianza o, mejor dicho, del problema de la desconfianza, para ver – en la segunda parte de este artículo – de qué manera el blockchain puede ser la solución a algunos de nuestros problemas.

 

La desconfianza, es un elemento que está presente en todo contrato e intercambio de bienes o servicios. Cada vez que adelantamos dinero por la prestación de un bien o servicio, casi por defecto, nos preguntamos si nuestra contraparte cumplirá con lo ofrecido. Cuando pactamos en un contrato que el pago se realizará mediante cheque, preferimos el cheque de gerencia al cheque con cargo a cuenta corriente, para evitar que cuando vayamos a cobrarlo, nos digan que el cheque no tiene fondos. Cuando compramos un bien, dejando de lado aquellos supuestos para los que la ley exige una determinada formalidad, buscamos a un notario público para que por lo menos legalice firmas o eleve el contrato a escritura pública y contar con un título con mérito ejecutivo. Y si nos ponemos a pensar por qué ciertos actos tienen una determinada formalidad, quizá regresemos nuevamente al tema de la desconfianza.

 

Y si nos vemos obligados a recurrir a alguna autoridad para solucionar alguna controversia, desconfiamos también de esa autoridad, de si la corrupción «hará lo suyo» y nos terminará perjudicando injustamente. Desconfiamos también de cosas tan bienintencionadas como si los programas sociales repartirán de manera correcta los bonos y éstos no terminarán por duplicado o triplicado en la cuenta de algún beneficiario o, lo que es peor, de alguien que ni siquiera debe ser beneficiario. Así, la administración pública se esfuerza en establecer cada vez más controles, pero ni aun así se logra destruir la desconfianza.

 

Así, la desconfianza es un elemento que está presente en nuestro día a día y nos hemos acostumbrado a convivir con ella. Esa desconfianza genera también que tengamos que tomar seguridades adicionales que funcionan, pero incrementan – en algunos casos, significativamente – los costos de transacción.

 

Partiendo de algo como la desconfianza, vamos a ver cómo una tecnología relativamente novedosa, como es el blockchain, puede ayudar a reducir esa desconfianza y el tener que recurrir a intermediarios, reduciendo costos de transacción.

 

En el siguiente artículo hablaremos en detalle de por qué el blockchain puede ser considerado el «protocolo de la confianza» y, precisamente, sobre cómo puede ayudar a solucionar diversos problemas.

Imagen de cabecera: unsplash.com